Arquitectura Autosuficiente de Luis De Garrido
El objetivo último que estimula la actividad de investigación de Luis De Garrido es identificar los mecanismos sociales más adecuados y eficaces para estimular la correcta evolución y la trascendencia de los seres humanos, y sin duda ello solo se conseguirá cuando lleguen a ser autosuficientes y voluntariamente interdependientes.
Por este motivo Luis de Garrido está especialmente interesado en el diseño de entornos y de espacios autosuficientes que garanticen nuestras necesidades básicas de energía, de agua y de alimentos, para no ser coaccionados por los actuales entes de poder degradados (social, político, económico y religioso), y poder alcanzar en libertad nuevas cotas evolutivas tanto individuales como sociales.
Para poder conseguir entornos y espacios autosuficientes (en agua, en energía y en alimentos) con la mayor eficacia posible, y al menor coste económico posible, Luis De Garrido ha identificado la estrategia básica:
- Estimular el cambio de hábitos de los seres humanos
- Mejorar el diseño de los edificios para que apenas necesiten energía
- Eliminar la mayor parte de los artefactos incluidos en los edificios
- Eliminar el monopolio coercitivo de las empresas energéticas
En la actualidad, e impulsado por los intereses económicos, se pretende establecer en nuestra sociedad un modelo aditivo-tecnológico en una arquitectura mal llamada “sostenible” y “autosuficiente”. Este modelo consiste en no mejorar el actual paradigma en arquitectura, no educar a la sociedad, y simplemente estimular el consumo de una enorme cantidad de artefactos generadores de energía, para incorporarlos forzadamente en los edificios (para alimentar una enorme cantidad de artefactos que solo sirven para tener entretenidos a los seres humanos y obtener su dinero). El problema es que la fabricación, instalación y mantenimiento de estos artefactos añadidos consume una gran cantidad de energía y de recursos, y genera una gran cantidad de residuos y de emisiones. Por otro lado, estos “aditivos tecnológicos” tienen un ciclo de vida muy reducido (de apenas unos 20 años), por lo que se convierten en residuos a los pocos años, y nunca llegan a rentabilizarse ya que se deben sustituir de forma continuada. Como consecuencia no puede decirse, en modo alguno, que este modelo de arquitectura sea ni “sostenible”, ni “autosuficiente”. Por si fuera poco, la incorporación de la gran cantidad de artefactos necesarios incrementa sustancialmente el coste del edificio. Lo mismo puede decirse con respecto del agua, alimentos, y cualquier tipo de necesidades humanas.
De forma alternativa, el ser humano debería establecer un modelo correcto de arquitectura autosuficiente, que Luis De Garrido denomina “modelo arquitectónico integral”. Este modelo consiste en mejorar sustancialmente el diseño de los edificios, educar a la sociedad, e integrar en la arquitectura la menor cantidad posible de aditivos tecnológicos. Solo educando a la sociedad se puede modificar el comportamiento y costumbres de cada individuo, y de este modo, se pueden replantear y disminuir sus necesidades (de energía, de agua, y de recursos), y solo diseñando mejor los edificios se puede reducir drásticamente su consumo de energía, de agua y de recursos en general. De este modo, los edificios resultantes tienen muy poca necesidad de energía, por lo que puede ser generada por una mínima cantidad de artefactos tecnológicos, a un coste económico muy reducido, y accesible para la mayoría de la sociedad. Del mismo modo, los edificios pueden generar el agua y los alimentos básicos capaces de asegurar la supervivencia de sus ocupantes.